Palabras que Alimentan
Por: Dennisse Martínez
En mi afán por seguir creciendo y aprendiendo asistí con varios amigos a una conferencia de Daniel Habif donde sostiene que batallar en alcanzar algo es una oportunidad para forzarte a aprender y a ser mejor; por lo que el fracaso no existe, sentirse fracasado sí; entre otras muchas ideas, planteó la siguiente “Si tuvieras que alimentarte con las palabras que te dices, ¿te envenenarías o te nutrirías?”, WOW!!!!!
Naturalmente, esto me lleva a plantearme las algunas preguntas:
1. ¿Qué me digo a mi misma?
2. ¿Qué le digo a mi hija?
3. ¿Qué se dice mi hija?
Y tal como siempre, unos días después la vida me obsequió la oportunidad perfecta para responderlas:
En pleno partido de tenis fallo una bola facilísima y me veo tentada a regañarme y decirme el típico “¡Ay Dennisse, siempre haces lo mismo!....” UF! Al menos me caché y es un buen punto de partida, no?
Esa semana era de evaluaciones en el colegio de mi hija y tocaba el turno de aprenderse la eteeeeeeeerna lista de verbos en inglés (si!, la de presente/pasado/participio que todos hemos tenido que machetearnos) y la escuché diciéndose “¡pero si soy malísima! Jamás me lo voy a aprender!”
Yo, que ya había repasado esa lista con ella unas semanas antes y sabía que sólo le fallaban unos cuantos hice mi mejor intento porque respirara para que comprendiera que ella puede con eso y más….. y buuuuuu, no lo logré :(
Foto obtenida de Pixabay
Así que…. Decidí que averiguaría cómo hacerlo mejor (además de ser el ejemplo)…. Aquí un resumen de lo aprendido:
Valida sus emociones: que sepa que le das valor a lo que está sintiendo. (puedes decirle “te encuentras frustrado, entiendo que te sientas así”)
Evita dar consejos o pedir que se relaje: (hay que admitir que cuando estamos lleno de una emoción no atendemos a la razón)
Evita pedir que “se olvide del asunto”: es una realidad que eso va a estar en su mente así que procura sólo espejar lo que te cuenta, sin darse cuenta estará incluso planteando soluciones.
Planea momentos de relajación: nadie conoce qué relaja a tu peque mejor que tú así que, el día anterior a un gran evento, consiéntelo para que se sienta relajado.
Garantiza que duerme lo suficiente y que come de forma adecuada.
Qué tal, ¿eh? No cabe duda que de nosotros depende mejorar para disfrutar y cada día hacer mejor nuestra más chamba más importante: SER PADRES.